CORONAVIRUS: CUARENTA DÍAS EN CUARENTENA



Ayer se cumplieron cuarenta días desde que el Gobierno impuso la cuarentena. Para la mayoría cuarenta días sin salir de casa, sin ver a sus familiares o amigos, cuarenta días para muchos sin trabajo. Cuarenta días con miedo a coger el virus o que un familiar o amigo lo coja. Miedo al contagio, miedo a la muerte. Pero, el ser humano es un animal social, necesita estar en comunidad, en contacto con otros seres humanos y relacionarse los unos con los otros para sobrevivir y para sentir que estamos vivos.

Gracias a las nuevas tecnologías hemos conseguido quedarnos en casa sin perder el contacto con el resto del mundo; las videoconferencias, los chats grupales, las plataformas digitales son hoy el pan de cada día. Pero no solo para comunicarnos los unos con los otros sino que también han proliferado muchas iniciativas sociales, culturales y colaborativas para mantenernos en casa entretenidos y activos (y que a su vez no nos tiremos de los pelos los unos a los otros). Iniciativas que hace unos meses parecían imposibles como poner al servicio de todos los ciudadanos material privado, ya sean libros, música, clases gratuitas o suscripciones a plataformas digitales todo por las que antes tenías que pagar y ahora son gratuitas. Han surgido multitud de iniciativas solidarias para apoyar a empresas pequeñas y autónomos para que puedan sobrevivir, ya no solo durante la cuarentena sino durante la gran crisis económica que nos espera a la vuelta de la esquina.


Nosotros como alumnos también hemos tenido que adaptarnos rápidamente a estos cambios, hemos tenido que aprender a usar las plataformas online para recibir clases desde casa, hacer los deberes y entregarlos a tiempo, comunicarnos con los profesores mediante video conferencias o por correo electrónicos. No es una tarea fácil, puesto que no es lo mismo ver al profesor cara a cara y poder consultarle las dudas que se tengan en el momento, compartirlas con tus compañeros de clase y así crear una sensación de comunidad y de que todos estamos en el mismo barco, que tener que esperar a que te contesten un correo electrónico en la soledad de tu casa, sin saber en ocasiones si se ha entendido bien la explicación o no. A veces vamos un poco a ciegas sin saber muy bien que hacer.


Por eso desde que empezó la cuarentena hemos intentado animar desde nuestras redes sociales, ya sea por Facebook, Instagram o el blog a todos los estudiantes y a todas aquellas personas que nos siguen a realizar actividades online, hemos celebrado el día del libro con propuestas para leer gratuitas, el día del  arte con  proposiciones para visitar museos online, hemos publicado como asistir al circo, ver conciertos musicales y películas, hemos animado a nuestro héroes sin capa a seguir adelante, a leer poesía y a participar en concursos como el San Jorge en Calcetines o a participar en una romería o una maratón por el planeta Tierra. Todo esto para deciros que no estáis solos, que estamos todos juntos en esto y que lo vamos a conseguir.
 

Cuando esta cuarentena haya acabado mucha gente saldrá a la calle cambiada y con la sensación de que ya nada volverá a ser igual; con la esperanza de que el mundo sea un poco mejor que antes, que las personas son más importantes que el dinero, que lo público es mejor que lo privado; que un beso, un abrazo o ayudar al vecino es más importante que el último modelo de móvil o un chalet en la playa. Por supuesto, habrá mucha gente que saldrá de la cuarentena igual que antes de empezarla (igual con un par de kilitos más), también hay muchas personas que se han beneficiado o se beneficiarán económicamente de esta crisis sanitaria y económica, es algo que no se puede evitar. Lo importante es que la gran mayoría se de cuenta de que no somos invencibles ni todopoderosos como nos creíamos, sino que somos vulnerables y nos necesitamos los unos a los otros para vivir.

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